En los tiempos de pandemia, cuando el coronavirus estaba en todos lados, ‘Un juego de caballeros’ llegó para revolucionar Netflix. No solo es que esta miniserie de seis episodios combina una buena trama, con personajes complejos y una historia que fluye a un desenlace potente; además lo hace al compaginarse, como trasfondo, con el mejor deporte que existe sobre la faz de la tierra: el fútbol. Lo cierto es que esta miniserie recorre la vida del que se podría decir fue el primer futbolista profesional del que se tiene registro y, en un segundo plano muy cercano, del que acabó de armar las reglas y rigió en los inicios del fútbol inglés.
Estas dos historias, de estos dos hombres, se combinan mezclando la justicia, la caballerosidad, el temple, la fiereza, el sentido de pertenencia, el amor y, por supuesto, mucho fútbol para dejar pegados a los que son fanáticos del deporte y a los no tanto, en partes iguales. Esta ficción se mezcla muy bien con la realidad, porque a pesar de que lo haga para cambiar algunos detalles y cuadrar mejor el sentido heroico y poético de la miniserie, todo queda muy bien para que el desarrollo de ‘Un juego de caballeros’ sea una obra muy buena. Una que como ‘Garra’, la película de Adam Sandler, ha sido toda una revolución.
La creación del deporte rey
Cierto es que el fútbol nació hace mucho, cuando dos bandos se habrían juntado para patear un balón; incluso en las civilizaciones prehispánicas se practicaban juegos similares. Sin embargo, el fútbol como se conoce en la actualidad se creó como una separación del rugby en Inglaterra; esto cuando un grupo de hombres acaudalados se unió para darle una serie de reglas que terminarían de unificarlo. Ya en 1871 nace la primera competición oficial de este deporte, nada más y nada menos que la FA Cup. Precisamente es en esta competición es que transcurre ‘Un juego de caballeros’.
Ya para la época, este deporte se comenzó a practicar solo por las personas de clase alta y cuando se comenzaron a integrar algunos de clase baja, las rivalidades se agrandaron. Luchar entre norte y sur, la clase alta y la clase obrera, los equipos fundadores con los aspirantes. ‘Un juego de caballeros’ transmite todo eso y nos pone en contexto de un deporte que recién había creado sus primeras normas fijas y que estaba en plena expansión a niveles que luego nadie podría sospechar.
Fergus Suter llegó para cambiar el fútbol
Unos años después de la creación de este torneo, ‘Un juego de caballeros’, nos traslada a la llegada de un personaje que cambiaría la historia del fútbol como se conoce: Fergus Suter. El fútbol era un deporte de la clase alta y practicado como un pasatiempo más; en la clase obrera también era solo un juego, pero se creó un sentido de pertenencia y de amor por unos colores que el pasatiempo creció más y más. Sin embargo, la llegada de Suter, interpretado por Kevin Guthrie, hace que todo cambie de forma drástica; porque este escocés se convirtió en el primer hombre al que se le pagó única y exclusivamente por jugar fútbol.
Suter, que ya era conocido en todas las Islas británicas (algo impresionante para la época), llegó a Darwen FC en 1978 y este equipo de una fábrica de textil se convirtió en su nuevo hogar y en el que comienza la historia de ‘Un Juego de Caballeros’. En el pueblo de Darwen, Suter empieza su nueva vida y no solo cambia la mentalidad del equipo entero, que empieza a practicar un fútbol de toque, también comienza a tomar en serio su sentido de pertenencia.
Durante los eventos de la miniserie de Netflix, Suter conoce el amor, se ve cómo se trata de integrar a su nueva vida en un pueblo que ya sabe que le pagan solo por jugar y como va cambiando a un equipo de obreros en uno más técnico. Además, también se ve cómo se realiza un traspaso de un equipo a otro, al Blackburn Rovers, solo porque le pagan más dinero (algo muy actual), el crecimiento del fútbol como fenómeno social y como un equipo de clase obrera gana por primera vez la FA Cup. ‘Un Juego de Caballeros’ lo tiene todo.
Arthur Kinnard es el héroe que todos quieren ser
Lo mejor de la miniserie es que la historia de Suter no es la única que se va presentando en ‘Un juego de Caballeros’, junto a esta también se presenta la de un Arthur Kinnaird, interpretado por Edward Holcroft, al que lo único que le falta es una capa o una armadura futurista para ser un superhéroe completo. Kinnaird es el clásico caballero que a pesar de nacer con todos sus lujos, tiene un gran corazón que le hace entender los problemas y las vicisitudes de las clases menos favorecidas. Mientras que la historia de Suter en ‘Un juego de caballeros’ va evolucionando, la de Kinnaird también va creciendo con un ritmo que lo hace incluso más el hombre ideal.
El gran estandarte de los Old Etonians no solo enfrenta los problemas que le dan sus amigos adinerados en el equipo de fútbol; además también debe lidiar los problemas maritales y algunos asuntos sin resolver con su padre que lo hacen ir creciendo en el transcurso de los capítulos de ‘Un Juego de Caballeros’ hasta transformarlo en un hombre maduro, con temple y aún más caballeroso que al inicio. Incluso llega a salvar a su esposa como si de Iron Man se tratara. Eso sin contar que hasta en la derrota, sabe cómo reaccionar y demuestra que la elegancia, la bondad y la madurez no se pierde ni en el peor momento.
Una ficción con mucho corazón y fútbol
Al ser una historia de ficción es obvio que el drama no podía faltar; pero en lugar de hacer llorar al público hasta decir basta, lo que hace es demostra cómo ir superando pruebas y adversidades conforme avanza la serie de ‘Un Juego de Caballeros’. Suter superando los problemas con su padre alcohólico, trayendo a vivir a su madre y a sus hermanas con él; la historia de Kinnaird y su esposa Alma (Charlotte Hope), de cómo superan la pérdida de su bebé, fortalecen su relación y se unen mucho más como familia.
Pero hasta da tiempo para ver la historia de Martha Almond (Niamh Walsh), el interés amoroso de Suter, y de cómo lleva su vida de madre soltera y enamorarse una vez más. Definitivamente, ‘Un Juego de Caballeros’ combina de forma magistral una serie de historias increíbles, con el fútbol como ese pegamento que las une a todas.
Esos leves cambios de la realidad a la ficción
Obviamente, hablar de ‘Un Juego de Caballeros’ es hacerlo de una ficción que se basa en hechos reales; pero la miniserie de Netflix se tomó una serie de libertades para hacerla un poco más atractiva y heroica que lo que sucedió en la vida real. Algunos de los aspectos en los que se toman cierta libertad es que Suter llega junto a Jimmy Love (James Harkness) para jugar con Darwen; pero en la vida real es Love quien llega primero desde Escocia y luego Suter, aunque es Fergus a quien se le paga más por ser una verdadera estrella.
Otro cambio importante es que, si bien Suter sí llegó luego al Blackburn Rovers, este equipo no fue el primero de la clase obrera que ganó la FA Cup, sino que lo hizo el Blackburn Olympic. En ‘Un Juego de Caballeros’ se cambió, porque Suter obviamente no estaba en el Olympic y porque la final del torneo ese año (1983) fue ante los Old Etonians, equipo en el que jugaba el otro gran personaje de la serie, Arthur Kinnaird.
Toda una gran obra de fútbol
Varias historias se ven en ‘Un Juego de Caballeros’, pero la heroicidad, superar las adversidades y mezclar esa lucha social con el crecimiento del que ahora es el deporte más seguido del planeta lo hace toda una obra maestra. La vida de Fergus Suter, sirve para entrelazar esos inicios de lo que es el fútbol profesional, tanto por cambiar el estilo de juego de dar patadas y muy físico a uno de más toques y buen
juego, como por el hecho de que se le pagaba por jugar. Al final, todos esos aspectos se muestran en la serie, una que tiene a Inglaterra y a la FA Cup como su centro principal.
Aunque ya varios de esos equipos históricos que aparecen en ‘Un juego de caballeros’ no existen y un equipo amateur no gana la competición desde hace más de 100 años, toda la pasión y emoción se vive como siempre en este torneo y en MiCasino.com puedes multiplicarla.
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