Una buena salud mental es vital. De hecho, con sencillos y constantes cambios de hábitos puedes prevenir la demencia. Gozar de una buena salud cerebral nos permite disfrutar plenamente de la vida. Es decir, nos ayuda a pensar, sentir y actuar de manera positiva. Por consiguiente, mantener la mente activa y fuerte es una prioridad.
En primer lugar, es imperativo invertir en hábitos saludables desde hoy. Esto nos dará enormes beneficios. Un cerebro sano previene problemas cognitivos a largo plazo. Además, nos permite conservar nuestra independencia. Finalmente, garantiza una mejor calidad de vida futura y fortalece nuestra resiliencia emocional.
En MiCasino resumimos una guía con hábitos clave que nos permitirán mejorar nuestra salud mental a largo plazo.
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¿Qué es la demencia y sus tipos?
La demencia es la pérdida de las funciones cognitivas. Afecta la memoria, el pensamiento y el razonamiento. En consecuencia, este deterioro es lo suficientemente grave para interferir con la vida diaria.
Es fundamental saber que la demencia es causada por enfermedades. Estas provocan el daño o la muerte de células cerebrales. Generalmente, la demencia es progresiva e irreversible. Ahora bien, existen varios tipos de demencia. Los más comunes son:
- Enfermedad de Alzheimer: Es la forma más frecuente. Causa placas y ovillos proteicos anormales en el cerebro.
- Demencia vascular: Se debe a un flujo sanguíneo deficiente al cerebro. A menudo, es resultado de accidentes cerebrovasculares.
- Demencia con cuerpos de Lewy: Implica depósitos anormales de proteína alfa-sinucleína. Esto provoca problemas de movimiento y demencia.
- Demencia frontotemporal: Provoca cambios en las áreas frontales y temporales del cerebro. Tiende a afectar la personalidad y el lenguaje.
- Demencia mixta: Es una combinación de dos o más tipos, como por ejemplo el Alzheimer y la vascular.
Síntomas comunes para detectar la demencia a tiempo
Detectar las señales tempranas es fundamental. Solo así se puede obtener un diagnóstico y atención adecuada y oportuna. Por lo tanto, consulta a un médico si notas cambios persistentes.
Algunas señales de alerta incluyen:
- Pérdida de memoria reciente: Olvidar información recién aprendida es habitual. Asimismo, olvidar fechas o eventos importantes.
- Dificultad para planificar: Se vuelve difícil seguir un plan o una receta. Igualmente, manejar las finanzas o números abstractos cuesta más.
- Problemas con tareas habituales: Tareas que antes eran fáciles se complican. Por ejemplo, ir a un lugar conocido o recordar reglas de un juego.
- Confusión de tiempo o lugar: Perder la noción de fechas o dónde se encuentran. Incluso pueden perderse en su propio vecindario.
- Problemas visuales y espaciales: Dificultad para juzgar distancias o colores. Evidentemente, esto puede afectar la conducción.
- Dificultad con el lenguaje: Batallar para encontrar la palabra adecuada. O bien, usar palabras inusuales para objetos comunes.
- Cambios de humor o personalidad: Volverse depresivo, ansioso o desconfiado. De hecho, pueden mostrarse irritables o agresivos.
- Disminución del juicio: Tomar decisiones equivocadas con el dinero. Además, prestar menos atención al aseo personal.
- Aislamiento social: Retirarse del trabajo o de actividades sociales. Claramente, la falta de interés es notoria.
- Extraviar objetos: Colocar cosas en lugares extraños. Luego, son incapaces de recordar dónde las pusieron.
Hábitos diarios que ayudan a retrasar o prevenir la demencia
Los médicos concuerdan en la importancia del estilo de vida. Ciertamente, algunos hábitos diarios pueden reducir el riesgo y prevenir la demencia. En otras palabras, estos ayudan a construir una “reserva cognitiva”.
- Mantenerse activo físicamente: El ejercicio regular es clave. Esto se debe a que favorece el flujo de sangre al cerebro. Intenta unas 2 horas de actividad moderada semanal.
- Dieta saludable: Sigue una alimentación tipo Mediterránea. Incluye frutas, verduras y aceite de oliva. Además, limita el consumo de grasas saturadas y azúcares.
- Controlar la salud cardiovascular: Vigila tu presión arterial, glucosa y colesterol. Puesto que la hipertensión y la diabetes dañan los vasos cerebrales.
- Estimulación mental constante: Mantén tu cerebro ocupado y desafiado. Lee, aprende un idioma o un nuevo hobby. Así mismo, resuelve acertijos y crucigramas.
- Dormir bien: Un descanso de calidad es esencial. De este modo, el cerebro elimina toxinas durante el sueño profundo. Procura una buena higiene del sueño.
- Socializar regularmente: Las interacciones sociales son protectoras. Mantener vínculos familiares y amistades es importante. Por eso, el aislamiento debe evitarse a toda costa.
- Evitar tabaco y alcohol en exceso: Fumar y beber en demasía aumentan el riesgo. Finalmente, dejar estos hábitos mejora la salud cerebral general.
- Controlar el estrés: El estrés crónico puede ser dañino. Afortunadamente, practicar mindfulness, yoga o meditación ayuda a gestionarlo.
Haz el cambio ya y mejora tu salud a largo plazo
En resumen, el poder de prevenir la demencia está en nuestras manos. No hay una solución mágica, pero adoptar estos hábitos diarios es la mejor estrategia que se tiene hasta ahora. De hecho, esos pequeños cambios sostenibles marcan una gran diferencia a largo plazo.
Por lo tanto, te invitamos a ser proactivo con tu salud cerebral. Es fundamental mantener tu mente activa y desafiada cada día. Nunca es tarde para empezar a leer, aprender o socializar más. Recuerda: un cerebro activo hoy es un futuro más brillante mañana.
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