Hablar de esclerosis múltiple (EM) no es hablar solamente de una enfermedad; es hacerlo de un viaje lleno de incertidumbre y desafíos que impacta emocional y físicamente a quienes la padecen. ¿Quieres ahondar más sobre el tema? Te invitamos a leer nuestro artículo, pues en nuestra sección de bienestar, te explicaremos no solo qué es la esclerosis múltiple, sino los diversos síntomas que se manifiestan y las opciones de tratamiento disponibles en la actualidad.
Qué es la esclerosis múltiple
De acuerdo con la Clínica Universidad de Navarra, la EM es una enfermedad inflamatoria que daña la cubierta de las fibras nerviosas (mielina) del Sistema Nervioso Central (SNC); y ocupa el puesto número uno en los trastornos neurológicos que producen incapacidad.
“Afecta a encéfalo y médula espinal de modo diseminado, con cierta predilección por nervios ópticos, sustancia blanca del cerebro, tronco cerebral y médula espinal”, explica en su página web.
¿Cuáles son los tipos de EM?
Según la Clínica Mayo, centro médico académico especializado en la atención médica integrada, los tipos de esclerosis múltiple dependen de la progresión de los síntomas y la frecuencia de las recaídas, y se clasifican de la siguiente manera:
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Con recaídas y mejorías
Es el tipo de esclerosis más común, y se caracteriza por síntomas nuevos o recaídas que aparecen durante días o semanas, seguidas de un lapso de tranquilidad en el que los síntomas se estabilizan o desaparecen (que puede durar meses e incluso, años).
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Secundaria progresiva
El siguiente tipo es la secuencia progresiva. Clínica Mayo explica que entre el 20 y el 40% de quienes padecen esclerosis con recaídas y mejorías pueden desarrollar la progresión constante con el tiempo, y podría ocurrir 10 y 40 años después del comienzo de la enfermedad. Además, (agrega), si los síntomas empeoran, las personas podrían presentar problemas para caminar.
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Primaria progresiva
Algunos de los que la padecen la primera progresiva, inician con la enfermedad de forma lenta y empeoran con el tiempo de manera gradual, en lugar de tener recaída y remisión.
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Síndrome clínico aislado
Se caracteriza por un primer episodio de la enfermedad que afecta la mielina (sustancia blanquecina que recubre muchas neuronas). Y, aunque luego de practicar las pruebas se determine que no cumple con los criterios de esclerosis, es posible que la inflamación que causa pueda evolucionar a EM.
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Síndrome radiológico aislado
Las personas no tienen los síntomas clásicos, pero con resonancias magnéticas en cerebro y médula espinal, se encuentran hallazgos parecidos a la esclerosis.
¿Qué síntomas tienes cuando tienes esclerosis múltiple?
La Clínica Mayo también se refiere en su publicación a los síntomas de EM, y aclara que, aunque estos varían según la persona, los más comunes son:
- Entumecimiento u hormigueo que afectan un lado de la cara o el cuerpo.
- Sensación de descarga eléctrica producida, especialmente, cuando se inclina el cuello hacia adelante.
- Dificultad para caminar.
- Fatiga y debilidad muscular.
- Visión doble o borrosa.
- Difusión eréctil.
- Problemas de memoria y compresión de información.
- Pérdida de la visión (parcial o completa).
- Vértigo y mareos.
Manejo y tratamiento – Trastornos neurológicos
La EM no tiene cura en la actualidad. Por lo tanto, los tratamientos se centran básicamente en controlar los síntomas y evitar complicaciones. Según Cleveland Clinic (centro médico académico sin fines de lucro que brinda atención clínica y hospitalaria), estos pueden incluir:
- Uso de medicamentos.
- Terapias (física, ocupacional o del habla).
- Asesoramiento en materia de salud mental.
Asimismo, destaca que otras formas de manejar la enfermedad incluyen:
- Estimulación cerebral profunda (ECP) que consiste en implantar un dispositivo que aplica una corriente eléctrica directamente a zonas del cerebro.
- Medicamentos anticonvulsivos o para la pérdida de la memoria.
- Terapias de acupuntura o yoga.
- Uso de bastón, andaderas o silla de ruedas.
Cleveland Clinic indica, además, que llevar un estilo de vida saludable también es indispensable para ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad. En ese sentido, recomienda: comer de manera nutritiva, dormir bien y practicar ejercicios.
“A pesar de tener una enfermedad sin cura, puede llevar una vida plena y activa con EM”, puntualiza en su página web.
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