Son muchos los remedios naturales y las prácticas de bienestar que existen para mejorar nuestra salud, pero sin duda, las sales de Epsom han mantenido su relevancia a lo largo de los siglos.
Conocidas científicamente como sulfato de magnesio, estas sales no son una sal de mesa común, sino un compuesto mineral que ha sido valorado por sus múltiples propiedades terapéuticas. Desde baños relajantes hasta aplicaciones para la salud muscular y la piel, las sales de Epsom se han convertido en un aliado accesible para quienes buscan alivio y bienestar de forma natural.
Aquí en MiCasino.com te contamos qué hace que estas sales sean tan especiales y cómo pueden integrarse a tu rutina diaria para que aproveches al máximo sus beneficios.
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Sal de Epsom: ¿Para qué sirve?
Uno de los usos más populares y respaldados por la experiencia es el baño con sales de Epsom. Sumergirse en una bañera con este mineral disuelto es una práctica milenaria para inducir la relajación y aliviar el estrés.
Otros beneficios relacionados con su uso son:
Relajación muscular y alivio del dolor: El magnesio es un mineral crucial para el funcionamiento de más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo, incluyendo la función muscular y nerviosa. Se cree que, al disolverse en el agua, el magnesio se absorbe a través de la piel, ayudando a relajar los músculos tensos, reducir inflamaciones, calambres y aliviar el dolor asociado con el ejercicio intenso, la fibromialgia o la artritis.
Reducción del estrés y mejora del sueño: El magnesio también juega un papel vital en la regulación de los neurotransmisores que promueven la calma y el sueño. Un baño tibio con sales de Epsom puede ayudar a calmar el sistema nervioso, reducir los niveles de estrés y ansiedad, y preparar el cuerpo para un descanso nocturno más profundo y reparador.
Salud de la piel: Las sales de Epsom pueden actuar como un exfoliante suave, ayudando a eliminar células muertas y a suavizar la piel. Sus propiedades antiinflamatorias también pueden ser beneficiosas para aliviar irritaciones cutáneas menores o picaduras de insectos. Además, se utilizan para reducir la hinchazón y el enrojecimiento.
Desintoxicación: Aunque la ciencia no respalda de forma concluyente la idea de una “desintoxicación” profunda a través de la piel, muchas personas reportan una sensación de ligereza y purificación después de un baño con sales de Epsom. Se cree que el sulfato ayuda a eliminar toxinas y metales pesados del cuerpo, aunque se necesita más investigación en humanos.
Alivio del Estreñimiento (Uso Oral, con Precaución): En dosis muy controladas y bajo supervisión médica, las sales de Epsom pueden actuar como un laxante salino. El magnesio atrae agua hacia el intestino, ablandando las heces y facilitando su evacuación. Sin embargo, este uso debe ser extremadamente cauteloso debido a los riesgos de deshidratación y desequilibrios electrolíticos.
Cómo utilizar las Sales de Epsom de forma segura
- Para un baño relajante: Disuelve 1 a 2 tazas de sales de Epsom en una bañera de agua tibia. Sumérgete durante 15 a 20 minutos. Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente para evitar la deshidratación.
- Para pies cansados: Disuelve media taza de sales en un recipiente con agua tibia y sumerge tus pies durante 15-20 minutos para aliviar la fatiga y la hinchazón.
- Para compresas: Mezcla una cucharada de sales de Epsom con una taza de agua tibia. Empapa un paño y aplícalo sobre la zona afectada (músculos doloridos, picaduras) durante 15-20 minutos.
- No ingerir sin supervisión médica: El uso oral puede tener efectos laxantes potentes. Personas con problemas renales, cardíacos, presión arterial baja o mujeres embarazadas deben consultar a un profesional de la salud antes de usar sales de Epsom.
- Evitar en heridas abiertas: No usar en piel irritada o con heridas abiertas.
Las sales de Epsom son un recurso natural valioso, que puede ofrecer una notable mejora en la relajación, el alivio muscular y el bienestar general. Su simplicidad y accesibilidad las convierten en una excelente adición a cualquier rutina de autocuidado.
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