Hay ocasiones en las que el tenis produce estrellas en lugares que no se esperan y Marcelo Ríos es un claro ejemplo de eso. Cierto es que, dentro del espectro latinoamericano, el tenis chileno cuenta con una gran historia a lo largo del tiempo; pero pocas veces se ha visto un talento tan descollante dentro del continente como el del jugador chileno. Nacido en Santiago, el 26 de diciembre de 1975, el talento de Ríos no lo opacó, ni su comportamiento, sus constantes lesiones o su estilo en cancha; en realidad se convirtió en un prodigio que aún en la actualidad destaca como uno de los mejores de la historia de Latinoamérica.
Pocos tenistas del continente han logrado sobresalir de forma tan brillante como Marcelo Ríos en la ATP. Estrellas increíbles como Rod Laver, Bjorn Borg, John McEnroe, Pete Sampras, Andre Agassi, entre muchos otros, también lograron récords increíbles; hasta llegar a la era actual dominada por el “Big 3” que componen Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokvic; todas ellas han opacado al talento sudamericano.
Sin embargo, el chileno supo sobresalir para posicionarse como el mayor tenista surgido en su país y, tal vez, de todo el continente. Ahora algunos como Christian Garín tratan de brillar con luz propia; pero la sombra de Ríos es muy larga y todo por sus grandes logros.
En su juventud ya se veía a una estrella
Esa historia de 18 títulos ATP, convertirse en el primer latinoamericano en alcanzar el número 1 de la clasificación y ser catalogado como uno de los más talentosos del circuito en su época, es el resultado de una carrera fulgurante que comenzó desde 1988 en el Club Deportivo Universidad Católica; ya luego de un paso por la escuela del mítico Hans Gildemeister, con el que tuvo un buen nivel, su gran salto para explotar su talento lo dio al mudarse a Florida, en Estados Unidos.
Su etapa como juvenil fue muy fructífera, al punto de que se coronó en varios torneos y llegó a las semifinales del Roland Garros en la categoría juvenil. Con todos esos buenos resultados, Marcelo Ríos se colocó en el número 1 entre los jóvenes.
Marcelo Ríos llegó a sorprender a Sampras
Después de mostrar su gran nivel como juvenil, en 1994, con 18 años, se convirtió en profesional de forma oficial y desde entonces no dejó de sorprender. El primer gran golpe de Marcelo Ríos a nivel internacional lo dio en Roland Garros, en la que siempre fue su superficie ideal (arcilla); esto al enfrentarse a Pete Sampras en segunda ronda. Aunque el duelo lo perdió (6-7, 6-7 y 4-6), esa agilidad, su buena mano, la gran volea con la zurda y hasta su aspecto, con el cabello largo y rebelde, llamó mucho la atención.
Justo un año después, en 1995, Marcelo Ríos conquistó el que sería el primero de sus 18 títulos en ATP, en el Torneo de Bolonia; además agregaría el Torneo de Ámsterdam, que también ganaría en dobles. Su crecimiento fue increíble al punto de acabar ese año como número 25 del ránking ATP.
Un 1998 mágico: En la cima del tenis mundial
Algunos pueden catalogarse como especialistas y Marcelo Ríos destacaría como uno de los más espectaculares en la última década del siglo XX. Esto debido a que en los Másters 1.000 se transformó en uno de los latinoamericanos más exitosos de todos los tiempos, al ganar la friolera de cinco; de hecho, se convirtió en el primer tenista de todos los tiempos en ganar los tres Masters 1.000 de polvo de ladrillo en ese entonces (Hamburgo, Montecarlo y Roma). Sin embargo, el mejor año de su carrera no fue otro que el de 1998.
Antes ya estaba despuntando, pero ese 1998 se convirtió en la bisagra en la que su mejor tenis no solo salió a relucir, sino que le hizo ganar muchos títulos y le permitió llegar a un lugar muy importante: la cima del ránking ATP. Ese año ganó en Auckland; alcanzó la final del Abierto de Australia; venció en Indian Wells, Miami y en Roma; además de que se impuso en la Copa Grand Slam. Todos esos logros, aparte de otros, empujaron a Marcelo Ríos a la punta del ránking ATP.
Justo tras el Masters 1.000 de Miami, luego de ganar la final ante Agassi (el 29 de marzo), Marcelo Ríos se subió al número 1. Aunque se mantendría allí solo cuatro semanas, en agosto volvió a recuperar el primer lugar; pero esta vez solo duraría dos semanas allí. Si bien, Sampras acabaría el año como el número 1, lo del chileno fue algo tan sorprendente que lo recibieron en su país como un héroe nacional. Su gran año le valió multitud de elogios y un récord: el primer latinoamericano de la historia en subirse a ese lugar de honor.
Las lesiones frustraron la carrera de Marcelo Ríos
La carrera de Marcelo Ríos solo podía seguir en ascenso, pues su tenis era especial. Su zurda era de otro nivel y ese estilo que, si bien en el circuito le creaba problemas, entre los aficionados era más que alabado. No obstante, la llegada del nuevo milenio supuso un gran fiasco para su carrera; porque las lesiones no lo dejarían en paz. Con 24 años empezaba a aspirar a cuotas más altas en el mundo del tenis; la cuestión es que problemas en el tobillo, en la espalda y hasta una operación al sufrir de pubalgia, acortaron la carrera de uno de los talentos más grandes del continente.
En definitiva, Marcelo Ríos acabó por anunciar su retiro el 16 de julio de 2004, siendo su último duelo como profesional en el Roland Garros de ese año, unos meses antes. Al ver una carrera tan impresionante como la de Federer, que llegó hasta los 41 años, parece injusto que un buen jugador con la calidad del chileno solo haya resistido hasta los 28 años y todo por culpa de sus constantes lesiones. A pesar de eso, su carrera se puede catalogar como efímera, pero igual de brillante; porque hacer historia al llegar al número 1, sin ganar un Grand Slam (él único de toda la historia), eso no se lo quita nadie.
Gran representante del tenis chileno y latinoamericano 
Tras su retiro prematuro en el 2004, no cabe duda que dejó un gran agujero en cuanto al tenis chileno se refiere. Claro que otras figuras surgieron para comandar esa nueva generación; pero ninguna de ellas pudo brillar con la intensidad del de Santiago. Incluso en el ámbito latinoamericano, en el que algunos argentinos, con David Nalbandian como gran abanderado, y el gran Gustavo Kuerten, que también logró convertirse en número 1 del ránking ATP, lograron dar la cara.
La gesta de Marcelo Ríos es tan épica que nadie ha estado ni cerca. No solo es que llegó a liderar la clasificación mundial, también su juego, con golpes increíbles lo ponen en otro nivel.
Pese a algunas polémicas, palabras salidas de tono, algunos incidentes o hasta situaciones inverosímiles, como llorar por su novia y dedicarle una carta en plena rueda de prensa; la verdad es que esos golpes tan impresionantes de Marcelo Ríos, su genialidad y ese gran nivel no se ha visto más.
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