Zamorano y Salas: Leyendas del fútbol chileno

El fútbol chileno ha tenido grandes jugadores a lo largo de la historia, pero si se habla de referentes son Iván Zamorano y Marcelo Salas, dos de los que más destacan. Futbolistas increíbles como Carlos Caszely, Sergio Livingstone, Leonel Sánchez, Carlos Vidal, entre muchos otros; han resaltado como los más importantes de todos los tiempos en el país andino. Sin embargo, en los últimos tiempos no ha habido dos estrellas tan resplandecientes como las que integraron la famosa dupla llamada Sa-Za.

Claro que ahora a ese firmamento de figuras chilenas se le suman jugadores importantes de esta generación dorada que logró ganar dos Copa América (2015 y 2016) como lo son Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Claudio Bravo, Eduardo Vargas, Gary Medel y muchos más. Por supuesto que futbolistas como Alexis Sánchez o Arturo Vidal podrían entrar en esa disputa por ser el mejor de la historia en Chile; pero solo se unirían a un grupo en el que Iván Zamorano y Marcelo Salas son los máximos representantes. 

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Si bien tanto el de Maipú como el de Temuco están en esa conversación por ver quién es el mejor de la historia en Chile, desde hace tiempo tienen instalado el debate de quién de los dos ha sido el mejor delantero de la historia del fútbol chileno. Frases como: “goles de Bam-bam Zamorano” o “Gol de Salas con River” se hicieron tan populares en los años 90 y principios del nuevo milenio que en Chile pasó a ser una costumbre. 

La cuestión es que aún en estos tiempos la lucha por ver quien destacaba más sigue en auge. Distintos pasados, diferentes caminos y una misma nacionalidad los unen en una historia de dos delanteros majestuosos.

Cobresal fue el comienzo para Zamorano

Ser catalogado como uno de los mejores cabeceadores en la historia no es de gratis, pues esa leyenda de Iván Zamorano se forjó desde sus inicios en el Cobresal. Desde niño resaltó en el club de los mineros y entrenó su habilidad para golpear muy bien con la cabeza. A pesar de que saldría cedido al Cobreandino, hizo tantos goles que regresó al Cobresal como una estrella y acabó como el goleador del equipo en 1987 (22 goles). Además ayudó a ganar la Copa Chile en ese año. Definitivamente, se comenzó a formar un delantero de época.

Un salto arriesgado a Europa

Tanto destacó Zamorano en Chile, que el salto a Europa era inevitable y fue el Bologna el que se arriesgo con él, pero nunca llegaría a jugar en el club italiano. Esto debido a que salió cedido al St. Gallen, de Suiza, allí tendría un buen rendimiento por tres campañas, por lo que el Sevilla se fijó en él y lo acabó fichando en 1990. En España comenzaría a demostrar un nivel muy regular y sus goles lo llevarían nada más y nada menos que al Real Madrid.   

Real Madrid y lo que significa redimirse

Lo de Zamorano en el Real Madrid es digno de una película, pues tras una primera temporada impresionante. En la que marcó 37 goles entre todas las competiciones, su rendimiento decayó para la segunda (solo 17 tantos).

Para la campaña 1994-1995, el nuevo entrenador de los merengues, Jorge Valdano, le comunicó al chileno que no cantaría con él y que lo mejor era que se fuera del equipo; sin embargo, una serie de lesiones de otros delanteros le darían la titularidad y nunca la perdería.

Su temporada fue magnífica: 28 goles en Liga, ganador del Trofeo Pichichi, un triplete al Barcelona en el Clásico, 31 tantos entre todas las competiciones y campeón de la Liga Española. Su contribución al título de los blancos fue tan indispensable como sorprendente, pues nadie se esperaba su gran nivel. Se convirtió en todo un ídolo y, aunque duró solo un curso más (1995-1996), en el que su rendimiento decayó (16). Zamorano todavía es recordado con mucho cariño en el Real Madrid.  

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Inter de Milán y el 1+8

Luego de que acabara su temporada con el equipo blanco, Zamorano salió con destino al Inter de Milán y allí tendría una muy buena etapa. En cuatro temporadas allí marcaría 40 goles y revolucionaría el fútbol italiano a su manera con su sonado dorsal: el 1+8. La historia es que, con la llegada de Ronaldo, el chileno debía cederle el 9 al brasileño; frente a eso preguntó a Massimo Moratti, presidente del Inter, si podría llevar el 18, pero con el símbolo de “+” entre el 1 y el 8 y este preguntó a la Federación Italiana que dio el permiso. Un hito en Italia que lo hizo leyenda.

Zamorano y un regreso amargo

Ya en Chile era considerado como uno de los mejores de todos los tiempos, por su trayectoria y todo lo que había logrado tanto en Europa como con la selección; así que, tras su paso por el América de México, el atacante regresaría con todos los honores al país andino, con 36 años, para jugar con Colo Colo. No obstante, pese a cumplir un anhelo suyo y de su padre al recalar en el Cacique, una agresión al árbitro Carlos Chandía en plena final del Clausura, le supondría una suspensión de 16 jornadas y su retiro del fútbol profesional. 

Gran inicio en Universidad de Chile

Iván Zamorano dejó una estela que parecía casi imposible de superar, por eso es que se le consideró como uno de los mejores de la historia. Sin embargo, un joven surgió casi que unos años después que él para hacerle competencia y su nombre es Marcelo Salas. Si Zamorano empezó a destacar a finales de los 80, Salas hizo su gran aparición con la Universidad de Chile a inicios de los 90. Con “La U” estuvo cuatro años (1993 a 1996) y se cansó de marcar goles, siendo fundamental para ganar el Campeonato Nacional en dos ocasiones, en 1994 y 1995, ambas al ser goleador (27 y 17 respectvamente).

Salas y River campeón

Ese inicio tan impresionante en Universidad de Chile le dio la oportunidad de marcharse a un club histórico como lo es River Plate y allí se transformaría en todo un ídolo. Con el conjunto millonario ganaría tres títulos de Liga (Apertura 1996, Clausura 1997 y Apertura 1997); lo más impresionante es que en todos fue pieza vital, por eso la frase “Salas y River campeón” se volvió habitual, tanto en Argentina como en Chile. Su buen nivel le permitió ser elegido mejor jugador en Argentina y el Futbolista sudamericano del año, en 1997; además de que ya en su selección era uno de los ídolos y, para muchos, uno de los mejores jugadores de la historia chilena

Brillar en Italia y caer por una lesión

Todo ese talento desplegado en River Plate le otorgó tanto prestigio, que grandes equipos en Europa se interesaron por él. No obstante, Salas acabó eligiendo ir al balompié italiano, en concreto a la Lazio, en 1998, para terminar de forjar su leyenda. Si ser uno de los mejores jugadores de la historia de River no le bastaba, su paso por el equipo de la capital de Italia también lo transformaría en uno de sus máximos estandartes de todos los tiempos.

Con River contribuyó al anotar 31 goles y tres títulos, en dos campañas; pero con la Lazio hizo historia al colaborar como goleador del equipo en tres temporadas (49 goles) para ganar dos Supercopa de Italia (1998 y 2000), una Copa Italia (2000) y la Serie A (1999-2000), algo que no sucedió por 25 años. Además, a nivel europeo ayudó a conquistar la Recopa de Europa y la Supercopa de Europa

Su calidad, nuevamente, despertó mucho interés en equipos europeos, como el Real Madrid; aunque al final ficharía con la Juventus en el 2001 y allí agregaría dos títulos más de Serie A y otra Supercopa de Italia. No obstante, una grave lesión de rodilla le impediría contribuir mucho en esos títulos. Claro, eso no le quitaría seguir siendo ídolo en Italia y en Chile.   

Ídolo eterno en River Plate

Debido a esa lesión de ligamentos cruzados y distintos problemas personales, Salas decidió retornar a River Plate en el 2003. Aunque ya no tenía el mismo nivel de antaño, pese a tener 29 años, la lesión le pasó factura; sin embargo, siendo ya un ídolo millonario nadie estuvo en su contra. Su cantidad de goles disminuyó, pero igual contribuyó para impulsar a River durante dos temporadas; además de que terminó de confirmarse con una de las leyendas del equipo.

Tras ese retorno al equipo argentino, en el 2005 concretó su vuelta a Universidad de Chile y allí pudo disputar dos finales (Clausura 2005 y Apertura 2006), aunque ambas las perdería. Su regreso a “La U” duraría cuatro años y, al final, se retiraría con 34 años. Algo joven, pero siendo una leyenda de todo el fútbol chileno y protagonista del debate de quién es el mejor delantero de todos en el país, si él o Bam-bam Zamorano.

Una dupla para la historiaBanner Football02 - apuesta en linea micasino.com

La realidad es que tanto Zamorano como Salas son considerados los mejores delanteros de la historia en Chile. Parte de esa premisa viene debido a la dupla que formaron en la selección de Chile

Ambos no solo se hicieron protagonistas y aumentaron el debate de quién era el mejor, también integraron ese famoso dúo de Sa-Za que le dio tantas alegrías a Chile. Gracias a ellos ingresaron en el Mundial de Francia 98, esto debido a que anotaron 12 (Zamorano) y 11 goles (Salas) para asegurar su clasificación a una Copa del Mundo, luego de 16 años.

Los dos hicieron historia, pues Salas acabó marcando con 37 goles y Zamorano con 34 tantos, siendo los máximos anotadores de la selección hasta la llegada de Alexis Sánchez (48) y Eduardo Vargas (40). Por su trayectoria en Europa, todo el fútbol desplegado en la selección y su impresionante cantidad de goles (350 Zamorano y 262 Salas), siempre han resaltado como los mejores atacantes chilenos de todos los tiempos. 

El debate podrá seguir por siempre, pero la única verdad es que los dos son grandes figuras que en Chile marcaron una época y todavía siguen en la memoria de todos. 

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