Rafael Nadal se ha lanzado a una nueva aventura en el Wimbledon, sin obsesionarse con la posibilidad del título, pero teniendo claro que puede alcanzar un hito histórico si consigue el trofeo; esto debido a que seguirá en carrera para convertirse en el tercer tenista masculino que podría ganar los cuatro Grand Slam en una temporada, y muchos se preguntan si tendrán final feliz este año.
El problema es que no solo tendrá que conseguir la victoria definitiva en US Open para añadirse al selecto club de Don Budge (1938) y Rod Laver (1962 y 1969), también tendrá que batallar en las canchas del All England con todas sus fuerzas, porque no cabe duda de que el tercer Grand Slam del año es el que peor se le da.
Superar a Francisco Cerundolo en esta primera ronda de Wimbledon no le asegura si tendrán final feliz este año, pero ha sido un gran inicio, pese a los 19 años de irregularidades que ha tenido en este torneo. De hecho, Nadal debutó en un Grand Slam precisamente en estas canchas londinenses en 2003 con 17 años y, desde entonces, solo acumula 54 victorias en el certamen; eso sí, con siete semifinales, cinco finales disputadas y dos títulos.
Comienzo difícil hasta el mejor partido de la historia
En ese 2003 solo pudo ganar dos duelos y en el 2004 la cosa no mejoraría, debido a que se ausentó por lesión. Ya en el 2005 vendría con fuerzas renovadas a Wimbledon al haber ganado su primer Roland Garros; sin embargo, caería en primera ronda. Nada parecía que se le daba en el césped de Londres, pero todo cambió a partir de 2006. Tanto ese año como el 2007 llegaría a la final, las dos primeras en este certamen y su verdugo sería Roger Federer; aunque todo mejoraría en el 2008.
Nadal y Ferer una final apasionante
Bautizado como el mejor partido de la historia, Nadal y Federer se enfrentaron en una final de Wimbledon apasionante. En cinco sets, en el que el suizo logró remontar un 2-0 a favor del mallorquín y salvar varias bolas de partido, al final, en el quinto set, un gran juego del de Manacor le daría el tan anhelado triunfo y su primer título en el tercer Grand Slam del año.
Un título más y muchos años de pesares
Pese a que en el 2009 no podría competir por otra lesión, en el 2010 regresaría a Wimbledon a lo grande. En esa edición, Nadal conseguiría su segundo título en este certamen al derrotar a Thomas Berdych en una final menos épica, pero igual de importante.
Las buenas actuaciones de Nadal se extenderían en Wimbledon un año más y en 2011 alcanzaría otra final, la última a la que ha llegado; la cuestión es que perdería frente a un Novak Djokovic que se impondría por primera vez en su carrera en este torneo. Desde entonces ha caído en un bucle de decepciones del que no ha podido salir.
Un año después, en el 2012, solo aguantaría hasta segunda ronda, al caer ante Lukas Rosol; en el 2013 sería Steve Darcy el que lo despediría en primera ronda; Nick Kyrgios sería el encargado de mandarlo a casa en octavos, en el 2013; y ya en el 2015, Dustin Brown le propinó una dura derrota en segunda ronda.
Lesiones que alejan del pódium
Poco mejorarían las cosas para Nadal en el 2016, pues una lesión lo dejaría nuevamente fuera de Wimbledon. Y en el 2017 llegaría a octavos y Gilles Muller lo frenaría de forma abrupta. Luego de estas decepciones, alcanzaría dos nuevas semifinales, en el 2018 y 2019, solo que Djokovic y Federer, respectivamente, no lo dejarían avanzar a la gran final.
Esos 54 triunfos en Wimbledon son un número muy bajo para una leyenda como Nadal y en un año que puede ser histórico, aumentar esa cuenta sería un hito realmente increíble de alcanzar. Ya sin Berrettini, fuera por Covid, con Djokovic del otro lado del cuadro y viviendo un gran momento, todo es posible para el mallorquín, será que Nadal y Wimbledon ¿tendrán final feliz este año?
MiCasino.com lo coloca como uno de los favoritos para quedarse con el título y haciendo una buena apuesta combinada, ganar un dinero extra sería muy fácil. Nadal no es el único que puede ganar mucho con Wimbledon; así que no esperes más y ten también un final feliz este año.
¡Juega, gana, y sobre todo… cobra!